Ya no espera

El llego por fin , de pantalon y campera, buscando un lugar donde dejar su sombrero (rojo verde y amarillo). El te se habia enfriado. Se enojo.
Se puso a moldear figuras con una receta de la television mientras el buscaba el abrazo luego del viaje que habia emprendido alguna vez para llegarle. Harina, sal, agua y al horno. Ahora tallaria corazones, era su obsesion, casi perdicion.
Y mientras sucumbia el ritual, le golpeaba la cara el viento agitado que hacia volar las cenizas de su extraño cigarro con olor a paz. Estaba en la baranda del balcon , esta vez, esperandola a ella ...
Cuando el vuelo comenzo no imagino encontrar su cabeza hecha añicos.
Cayeron pedazos de maza al quinto piso.