Saturday, December 24, 2005

insomnio de amor

¿Sabés por qué lloro? Porque antes era distinto. Recién me estaba acordando de cuando te compraba esos caramelos Sugus grandotes. Vos te ponías tan contenta. Me mirabas con tus ojos color miel y sonreías.
Después llegaba de sorpresa y te daba esos alfajores de coco que te vuelven loca, y nos sentíamos el aliento mientras nos agarraba la acidez porque comemos mal. Antes era distinto.
¿Te acordás de la fiesta? Me llenaste los bolsillos del pantalón con flores de papel que hacías con las servilletitas que te traen con la cerveza. Después, del brazo juntos, en medio de la calle, cantando Viernes 3 am. Terminamos la noche caminando 30 cuadras hasta el Cid Campeador, dónde te tomaste el 92.
Desde el lunes lloro. Porque antes era distinto. Nos entendíamos con una mirada. Nos complementábamos en un suspiro. Pero algo pasó y todo terminó. Lo veo en tus ojos. No lo entiendo, pero sé que me vas a forzar a respetarlo.
Me duele que seas tan injusta. Ya me hiciste enamorarme de tus días malos, de los buenos y de esos en los que no sabes que te pasa pero sólo querés tirarte en la cama a leer. O en los que querés volver al sur. A Neuquén.
Y es cuando más lejos me siento. Porque quiero entender qué te dan allá que yo no te dé acá. Cada vez que me decís que no te gusta baires, siento que no puedo ser tu ancla. No puedo hacer que te quedes. No puedo hacer que te guste, aunque sea por mí.
Vos me contabas de allá y yo me perdía en ensueños amando a esa provincia de administración conservadora, sólo por ser tu tierra. Siempre tu orgullo patagónico: “Los piqueteros nacieron en Neuquén”. Mi estúpida fascinación: “¿Cómo es el periodismo? ¿Cómo es vivir en Neuquén?”. La mañana del sur contra el atardecer de un domingo melancólico en el Parque Rivadavia. Sí, una vez te lo mostré. No te interesó demasiado.
Tal vez, se ama por lugares. Será así, que como yo nunca pueda amar a una china, vos nunca puedas amar a un porteño. Te amo, aunque no lo entiendas. Quiero abrazarte y dejarte sin aire, para que te quedes conmigo y no vuelvas a tu hogar. Para que vengas a dormir a mi casa, donde me hacés falta. Donde tus risas, tus dudas, tus historias llenen las páginas de mi diario y sequen las lágrimas del insomnio.

Que seas feliz.
Vas a ser una gran periodista.
Te quiero muchísimo.
Luciano.

3 comments:

LullyBell (^_^) said...

Arrancaste un pedaso de tu pecho para que quede en este cyberspacio que todos sobrevaloran. Pobre tu corazón.

Yo tambien postié algo sobre las relaciones sobre las personas.

Hasta pronto...

LullyBell (^_^) said...

:D Siii

¿Como te diste cuenta?, por mí perfil, por el link una pág. de anime o por uno de mís posts.

Chau...

MALiZiA said...

Es una historia de amor que duele, pero no por eso deja de ser hermosa no?
Besos,