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Ocultando aquel tesoro mal guardado y olvidado en su mochila, ella se dispone a emprender su pequeño viaje a la casa donde las fantasias son alquilables.
-Me voy a llevarle unos libros a Gaby, dejo el celular.
-Tan feo es donde vas? Esa Gaby no puede venir, eh?
-Es que ella me los presto.
Asi salio de su casa, con un par de mordidas sin rabia, con ganas de respirar ese fresco de la noche que cae como piano encima de las vias del tren. Abriendo la puerta que la separa de su realidad, se topa con esas personas que siempre estan dispuestas a mirarla y encontrar sus propias pelotudeces en ella , claramente reflejadas. No le importa, simula arreglar la cerradura (la manija se estaba por caer, quizas alguien querria llevarsela de recuerdo, despues de todo, era una verdadera casa de locos). Ellos encimaban sus miradas a la silueta que se veia como sombra armoniosa. No le pertuvarian esta vez. Con un envion logro llegar al otro lado de la calle y por fin cruzarla. Emprendio su viaje. 
El camino no estaba repleto de personajes como cada vez que se topaba con el Principito. No habia un lobo, ni mercader, ni nada de nada. Pasando por la pura vanguardia, nisiquiera ahi habia alguien y doblando la calle todo el infierno de la ciudad en su plena hora pico. Juntando todos los aires posibles, hay que levantar la cabeza, mirar para el frente, casi correr y creerse el dueño de todos sus pasos: metodo divino que utilizo para el resto de su mision. Ahora lo peor venia, cruzar al otro extremo, pasando por algun origen, rozando alguna voluntad. Bocinazo. Dispuesta a romper todo timpano cercano, topo ojos con quien se avecinaba por alguna neurona desde antes de cruzar la puerta, antes que la mentira, antes que el sueño. 
Bajo su ventanilla, le sonrio. Cara de panico.
-Que haces aca?
-Te estaba esperando
Y olvidando todo lo que se podia olvidar corrio. Corrio hasta que las dos piernas solo eran un paraguas. 
El telefono inundaba sus cesos, lo hubiese roto en cincuenta mil pedazos, pero era demasiado trabajo para alguien que intenta escapar de su propia coherencia. 
Atras ya no venia nadie, ni se entendio, no pudo ni inmutarse, no tuvo tiempo como tantas veces una hora o un minuto o a veces segundos manejan todo , como otro millones de minutos habian pasado desde que habia soñado volver a rozar su piel, en una cama , en un letargo, en su propia muerte.
4 comments:
Lírico, simple, llano, absoluto, genial, rico...me encantó.
Muy lindo tu tipo de escritura, en cuanto ami viajo por trabajo desgraciadamente, pero cada vez que el trabajo me lo permite disfruto un poco del lugar al que me lleve.
Besos y abrazos
"tenia ganas de correr... pero me di cuenta que ya no tenia a donde"
cada mañana voy a ejercitar la lectura por estos pagos.
tus textos son muy buenos
saludos
zero
perladelitio@hotmail.com
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